El ultimo beso.
No tengo nada mas que pedirte, solo un último beso. Dame un
beso para poder morir en paz. Déjame repetir esa experiencia, donde toco la
piel de tu rostro, siento su textura, paso mis dedos ligeramente por tu barba.
Mis ojos no saben donde mirar. Tus ojos, tan hermosos, más hermosos en este
momento, donde me pierdo en esas pequeñas lagunas verdosas que heredaste de tu
madre entre tu color café, único en ti. Tu cejas, tus mejillas, tu boca. Esos
labios medio resecos, de tono rosado, que se tornan en una sonrisa tierna y que
esconden tus labios. Estoy tan cerca de ti, que percibo el olor de tu piel. Me
siento nerviosa, tiemblo, pero soy buena disimulando, al menos eso creo. En un
impulso victorioso me te acerco hacia mí y te beso. Y entonces… no escucho nada
mas que el latido de tu corazón y el mio. El tiempo se congela y solo estamos Tú
y Yo. El viento sopla ligeramente entre nosotros. Pruebo el sabor de tus
labios. No es un beso pasional, banal, donde los instintos salen a flote. Es un
beso tierno. Es un beso con sentimientos. A medida que respiro, tu aroma se
queda guardado en mi memoria. En ese pequeño fragmento del tiempo, mi vida es
plena y feliz. Desearía que ese momento jamás terminara. Desearía que el tiempo
se quedara así. Congelado por siempre, que el universo no se moviera. El beso
llega a su fin, en un momento pausado. Donde pequeños roces en los labios se
hacen presentes. Abro mis ojos y allí estas tu. Con esos ojos tan hermosos,
sonriéndome. Esa mirada… por Dios, esa mirada, que derrite mi ser por completo
en un segundo. No se necesitan las palabras, pues sobran. Esas miradas mutuas
de felicidad y ternura expresan todo. Vuelvo acariciar tu rostro y disfruto
milímetro a milímetro la perfección de tu piel. Al mismo tiempo, le agradezco a
Dios, por tu existencia. Tú bendita y única existencia. Ese beso no fue solo un
beso cualquiera, fue la unión pura de dos almas en un pequeño pero poderoso
acto amor. Anhelo tanto ese ultimo beso. Miente por un instante, regálame la más
dulce y tierna mentira que algún día harás. Deja que mi vida vuelva a girar
entorno a tu existencia por unos segundos. Déjame sentir esa seguridad y fuerza
una vez más. Regrésame la sonrisa y la inocencia por un instante. Déjame fluir
tan suave, que si lloro, mis lágrimas recorran mi rostro como un triunfo de
este momento. Dame ese último beso, para poder encontrar paz en mi alma, que te
espera día a día, segundo a segundo. Déjame secar por un momento todo mi llanto
y sacar la tristeza que me carcome segundo a segundo y me desgarra lentamente.
Dame vida. Déjame volver a probar el sabor de la felicidad. Déjame sentir que
Dios existe… porque en tus besos, tus abrazos, todo en ti, lo hacías tan real.
Porque al verte, no me cansaba de agradecerle que pensó en mi y te envío a este
mundo. Porque para mi eres la creación mas perfecta que hay y que habrá. Porque
no hay ni habrá nadie a quien ame tanto en este mundo o todas las vidas como te
amaré a ti. Porque con un último beso, me sacaras del infierno y así podre
morir en paz.
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